¿Eres madre y mujer profesional a la vez? Aquí te compartimos algunos consejos que te ayudarán a tener un mejor balance en tus diferentes roles del día a día.
¿Eres madre y mujer profesional a la vez? Aquí te compartimos algunos consejos que te ayudarán a tener un mejor balance en tus diferentes roles del día a día.
¿Sabías que? Anteriormente, la maternidad se concebía como un patrón en el que la mujer tenía el papel de ser exclusivamente cuidadora de los hijos y de darles una gran dedicación y tiempo, ya que se asumía que era quien mejor podía ocuparse de esto.
Esta idea ¡ha ido cambiando con el paso de los años! Hoy en día, cientos de mujeres eligen no ser madres, otras postergar el nacimiento de sus hijos y muchas otras continuar con sus carreras profesionales, a la par de criar a sus pequeños.
Puede haber varias razones por las que se deba esto, como el deseo de prosperar profesionalmente, obtener satisfacción personal, aportar económicamente a la familia o tener el sentido de autonomía, independencia y autoeficacia que otorga trabajar.
Si bien esta tendencia cada vez es mayor, en el imaginario colectivo sigue arraigada esta idea de “madre intensiva”, generando fuertes sentimientos de culpa, frustración y estrés por no poder compaginar de manera “perfecta” ambas tareas.
Se ha visto que, en la madre trabajadora, recae la responsabilidad doméstica y de cuidado, sumado a las demandas laborales, lo cual puede traer consecuencias negativas. El esfuerzo de llevar a cabo las labores del trabajo y familiares al mismo tiempo, genera desgaste, cansancio permanente y una vivencia tensa en el manejo de sus roles. Pueden sentir culpa por “no rendir al máximo en el trabajo o, por el contrario, por dejar a sus hijos por la chamba”.
Muchas mujeres buscan reducir sus horas de trabajo productivo o flexibilizar sus condiciones laborales y posponer su promoción profesional. Uno de los factores que las madres con este perfil toman más en cuenta cuando eligen un trabajo es que sea compatible con las responsabilidades familiares, pero no siempre se logra.
¿Te identificaste con algo de lo que te platicamos? Estos consejos te ayudarán mucho si eres madre y mujer profesional a la vez.
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¡Olvídate de la perfección!:
Buscar que todo salga exactamente como quieres, tener la casa pulcra, además de ocuparte de tu bebé y el trabajo, seguramente te generará más estrés. Aprende a ceder y a no culpabilizarte cuando las cosas no salgan tal como esperabas.
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La organización es un MUST:
Define prioridades y horarios, y trata de planear lo más posible. Asigna tareas y delega lo que puedas para ahorrar tiempo. Puedes, por ejemplo, dejar preparadas cosas que necesitarás al día siguiente o hacer compras por internet en lugar de ir físicamente a los lugares.
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Hijos contentos, madre contenta:
Busca la opción que más te convenga para que cuiden a tus hijos mientras estás en el trabajo. Al sentirte segura y confiada que tus hijos están bien, podrás ser más productiva en lo demás.
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Primero tú:
Es un hecho que, para poder cuidar a otros, necesitas cuidar de ti. Busca espacios únicamente para tu bienestar, en los que puedas hacer actividades como deporte, tomar un baño relajante o practicar algún hobby.
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¡No estás sola!:
No tienes que hacerlo todo tú sola, acude a tu red de apoyo, busca ayuda doméstica, si es posible, acércate a tu esposo para que te releve en ciertas tareas con tu hijo, busca a tus familiares para que cuiden de tu bebé y tú puedas enfocarte en otras cosas. El repartir tareas es clave para que todo funcione.
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Aprovecha tu licencia de maternidad:
Esos primeros meses te servirán para enfocarte en tu hijo.
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Calidad vs. cantidad:
Recuerda que lo importante es la calidad, más que la cantidad. El tiempo que tengas con tu hijo disfrútalo, genera espacios de convivencia y juego donde puedan conectar y vincularse.
Recordatorio:
Tus hijos no necesitan padres perfectos, ¡sino padres reales! Aprende a cuidar de ti y no te alejes de los placeres sencillos de la vida que te hacen sentir bien.