Los animales aportan mucho a nuestras vidas, es común la convivencia de  perros, gatos u otras mascotas. Pero ¿alguna vez habías escuchado que pueden ayudar en diversos tratamientos? Como personas en riesgo de exclusión social, trastornos alimentarios, víctimas de violencia, enfermos terminales, entre muchos otros.

La terapia asistida por animales debe ser dirigida por un profesional y con animales con ciertas características, pero hay terapia con caballos, delfines, perros y más.

Las cuatro áreas que se trabajan en la terapia asistida por animales:

1. Área física: son todas aquellas actividades dirigidas a la mejora física del usuario.
2. Área cognitiva: dirigida a procesos de la memoria y del aprendizaje del usuario.
3. Área emocional: están orientadas a la mejora en la expresión de emociones y sentimientos.
4. Área relacional: todas aquellas actividades donde se trabaje la relación con los otros, mejorando las relaciones interpersonales.

Una terapia adecuadamente dirigida aporta grandes beneficios en los tratamientos:

• Disminuye el índice de depresión
• Aumenta la autoestima
• Se abren espacios para expresar emociones
• Alivia el estrés y la ansiedad
• Aumenta los niveles de atención y concentración
• Mantiene al paciente motivado y se implica más en la recuperación y el tratamiento
• Los animales son una fuente de estimulación multisensorial

Más que elegir al animal ideal con el que nos gustaría trabajar, se piensa en el tipo de condición y objetivos que se buscan y, en función a esto, se elige al animal con el que mejor se pueden alcanzar dichos objetivos.

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