Encontrarás cómo los apodos pueden afectar a los niños y te compartimos algunas recomendaciones para combatirlos.
En ocasiones, los apodos surgen para referirse a otro por alguna característica en particular, a veces es un diminutivo del nombre, pero también se llegan a usar a conciencia de forma agresiva. Como sea, es posible que, aunque no se haga con intención de ofender, acabe molestando al otro, que se generen etiquetas y que promuevan el acoso escolar.
Incluso poner etiquetas positivas como “inteligente” genera que el niño siempre busque cumplir con esa etiqueta, empezará a actuar en función de ella y se olvidará de su mundo interno. Esto puede generar ansiedad por siempre tratar de cumplirla.
¿Qué consecuencias tienen los apodos?
Estos fomentan la humillación y desencadenan el acoso escolar, lo que puede traer consecuencias negativas como:
- Baja autoestima: los niños empiezan a tener un concepto distorsionado de ellos mismos.
- Problemas en el aprendizaje: cuando hay bullying, es común que pierdan interés en el área académica, ya que lo emocional ocupa mucha energía.
- Problemas sociales: es posible que lleguen a aislarse o dejen de confiar en los demás.
- Cambios en su estado de ánimo: puede haber tristeza, depresión, entre otros.
- Dificultad para conciliar el sueño o dormir de más.
¿Qué pueden hacer los niños ante esta situación?
- Marcar límites.
- Trabajar en su autoestima.
- Mostrar respeto a los demás.
- Buscar ayuda de ser necesario, puede ser con sus maestros, padres o alguien de confianza.
- Desarrollar el manejo de sus emociones para poder convivir mejor.
¿Qué deben hacer los padres y maestros ante esta situación?
Como adultos, debemos hacer un trabajo importante para dejar de normalizar la violencia, y sí, los apodos que buscan humillar al otro son una forma de violencia. Así que lo primero, pero no necesariamente más evidente, es que los adultos no pongan apodos o sobrenombres; nada de decirles chillona, gordo o enano.
Ayuda a tu hijo a ser más asertivo, poder poner límites y decir “¡Alto! No me gusta que me digas así”. Ayúdale a entender que es más que su estereotipo y trabaja en su autoestima.