La llegada de los hijos conlleva casi siempre a una crisis de pareja, descubre qué hacer para reconectar con tu pareja.
Cuando te conviertes en padre o madre por primera vez, todo es nuevo, incluso el cómo conectas como pareja, ya no son sólo tú y él/ella, sino que nace un bebé que lo requiere TODO.
Necesita de nosotros para comer, para dormir, para estar limpio, estimulado y sano. Las noches se vuelven las noches de nuestro hijo y el cansancio se acumula, prácticamente el bebé pasa a ser la prioridad y, por lo tanto, la relación entre la pareja se descuida.
Sumado a eso, la percepción de reparto de responsabilidades poco equitativo, la sensación de que el padre queda en segundo plano y la dificultad para encontrar espacios para el diálogo y la intimidad hace que se generen conflictos que terminan en crisis.
No es un secreto que una de las crisis de pareja identificada se da con la llegada de los hijos, y es que, al inicio, todo se resume a tareas prácticas de la crianza, como calentar la leche, cambiar pañales, bañar al bebé y otras que requieren atenderlo.
Según Esther Perel, reconocida especialista en terapia de parejas, se necesitan la seguridad y el deseo para mantener una buena relación. Por una parte la seguridad del otro, de sentirlo cerca, de ser amigos y, por otra parte, la necesidad de sorpresa y erotismo. De hecho plantea esta reflexión “¿por qué el sexo hace bebés y los bebés significan desastre erótico en las parejas? Es una especie de golpe mortal al erotismo”. Prácticamente todas las parejas tienen un desafío en esta etapa, por lo que hay que trabajar en la relación para encaminarla de nuevo.
Entonces, ¿cómo lidiar con mi pareja después de tener un hijo? Te dejamos algunas recomendaciones:
- La psicóloga Helena Calvo plantea buscar interés y esfuerzo por parte de ambos, es fácil caer en rutinas y buscar excusas para no hacerlo, así que el compromiso de tiempo y voluntad son clave.
- Con la llegada de un hijo, las cosas cambian, por lo que hay que redefinir los acuerdos, platicar acerca de las tareas domésticas, de lo económico, lo laboral y la crianza. Lo que funcionaba anteriormente probablemente ya no sea vigente en esta etapa, así que habrá que ajustar ciertas prioridades.
- Identificar la fuente de conflicto. Ya sabes que pelean, pero observa cuándo se desarrolla el conflicto, ¿tiene que ver con la repartición de las tareas domésticas?, ¿gira en torno al sexo?, ¿se reclama algo acerca de la crianza del hijo?, ¿qué es aquello por lo que más discuten?
- Una vez que se identifique el conflicto, es posible generar un abanico de soluciones, lo importante es que ambos se sienten a platicar con empatía para sugerir diversas propuestas.
- ¡Cuídate! Es fácil abandonarnos en esta etapa, antes que madre, padre o pareja eres persona. Así que comienza de a poco con aspectos que te nutran en todos los sentidos. Tal vez puede ser alimentarte mejor, retomar el ejercicio, arreglarte y ponerte ropa linda, retomar algún pasatiempo o un buen baño de espuma.
- Da importancia a la relación de pareja, ya que, después del caos y la novedad, las cosas empiezan a ser más predecibles. Busca reconectar con tu pareja, dense tiempo para salir a cenar o tener espacios para la intimidad.
- Busca al menos 3 cosas positivas en el otro: es fácil filtrar sólo lo negativo, así que a conciencia busca tres aspectos que le puedas reconocer positivamente.
- Retomen el diálogo de adultos al menos 20 minutos diarios: basta de hablar de niños y pañales, platiquen del día, de cosas personales, de cómo se sienten; básicamente, compartir con el otro lo que les pasa.
- Helena Calvo menciona la importancia de encontrar al menos tres horas de intimidad para la pareja: salir a cenar, ver una película, reírse, tener relaciones sexuales y redescubrirse.
- Ingenio y sorpresa: busca salir de la rutina, sorprender a tu pareja y reinventarte para devolver la pasión.
- Si has intentado lo anterior y parece no funcionar o quieres una guía que los acompañe en temas de pareja y paternidad, una buena opción es la terapia de pareja. Este espacio ayuda a encontrar de dónde surgen los problemas e insatisfacciones, a darse cuenta de cosas a las que no habían puesto atención y a ser conscientes de lo que favorece o desfavorece, para potenciar lo primero.
Recuerda que estas son sólo algunas recomendaciones, pero es importante acudir con un profesional que te ayude con tu caso en particular.